Marcelo Díaz se va de la Universidad de Chile con una maleta llena de sueños y con una pena por dejar a la inmensa familia azul y es por eso que escribe una carta de despedida.
Querida Familia Azul:
En esta carta quiero expresar mis más sinceros sentimientos de agradecimientos.
Primero. A todas las personas que dedican su vida al club y que día a día hacen su trabajo con tanta dedicación, que nos inspiran y nos entregan las mejores condiciones para poder representarlos de la mejor forma posible adentro de la cancha. Hablo de los cancheros, utileros, secretarias, guardias, coordinadores, doctores, kinesiólogo, paramédico, masajistas, a toda la gente de Azul Azul, todos ustedes hacen una labor extraordinaria. Desde ya les pido disculpas si omito a alguna persona, pero la emoción me embarga.
Segundo. Al cuerpo técnico y a todos los jugadores que integran el plantel profesional, por todos los momentos inolvidables que me hicieron vivir a lo largo de este camino tan exitoso. Destaco por sobre todas las cosas la humildad, el compañerismo y la calidad humana que tiene cada uno de ustedes porque gracias a eso pudimos conformar una familia, que difícilmente podamos borrar de nuestros corazones. Forman y formarán parte de mi vida, ya que gracias a todos pude cumplir mi más anhelado sueño de jugar fuera del país, que si no hubiera sido por ustedes, quizá no lo podría haber cumplido. LOS QUIERO MUCHO Y LOS EXTRAÑARÉ.
Tercero. A la incondicional hinchada de la UNIVERSIDAD DE CHILE, la que esperó 25 años para ser campeón, la misma que vivió el descenso y como no recordar la dolorosa quiebra, ustedes son los que más se merecen estos momentos de gloria de la institución, por todos aquellos hechos antes mencionados, porque mientras más adverso era el panorama, mas AZUL se teñían sus corazones. Ustedes transformaron estos colores y esta insignia en un “SENTIMIENTO INEXPLICABLE” y un estilo de vida que realmente conmueven, como bien dice una canción: “A LA CAMISETA AZUL LE JURO AMOR ETERNO, CADA AÑO QUE VA PASANDO, VA CRECIENDO EL SENTIMIENTO“.
Sin más palabras me despido diciéndoles:
LOS LLEVARÉ POR SIEMPRE EN MI CORAZÓN.
Con mucho cariño;
MARCELO DÍAZ R.
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